Trastorno sanguíneo cerebral
“El ictus, también llamado enfermedad cerebro vascular o trombosis cerebral, es un trastorno brusco del riego sanguíneo del cerebro que puede ocasionar un infarto o una hemorragia cerebral y que se manifiesta con diversos síntomas dependiendo de la zona del cerebro afectada. Derrame cerebral ocurre cuando un vaso que lleva sangre al cerebro se rompe o es obstruido por un coágulo de sangre”.

Los pacientes que inician la fisioterapia dentro de la primera semana tras el ingreso hospitalario por un ictus presentan mejores resultados a largo plazo que aquellos que inician el tratamiento fisioterapéutico con posterioridad. 

“La fisioterapia tras un ictus debe iniciarse lo más rápidamente posible durante el ingreso hospitalario, una vez que el paciente se encuentre estable. A los tres meses, la situación neurológica se estabiliza y hasta los seis meses se considera que hay posibilidad de mejoría funcional”.


Una vez se estabiliza el paciente, al cabo de 2 a 3 días, puede empezar el tratamiento fisioterapéutico,que consiste en recuperar la estabilidad del tronco y fuerza en extremidades para poder mantenerse en pie y andar. Una vez conseguido esto, la fisioterapia se encamina a mejorar la calidad de vida del paciente mediante la recuperación de funciones de la vida cotidiana como el aseo, la alimentación y el vestirse.


La fisioterapia es un proceso limitado en el tiempo y orientado por objetivos, dirigido a permitir que personas discapacitadas consigan un nivel funcional mental, físico y social óptimo y a proporcionarles las herramientas para cambiar su propia vida,ademas tiene como objetivo fundamental conseguir la máxima capacidad funcional posible en cada caso y facilitar la independencia y la reintegración en el entorno familiar, social y laboral”.


Durante el tratamiento de fisioterapia, el paciente y su familia deben estar involucrados en el establecimiento de metas y toma de decisiones. Se le puede pedir a veces la práctica de los ejercicios varias veces al día.